Es uno de los defectos endémicos más grandes de la historia del Barça: comunicar. Explicar las cosas con naturalidad, con tranquilidad y expresándose con corrección. Ante la ausencia de una voz importante desde hace un tiempo, él se ha erigido con el discurso del vestuario. Quién sabe, si poco a poco también será el discurso del club. Es el capitán en la sombra.
Sin Puyol ni Valdés, y con Xavi en un segundo plano, el vestuario reclamaba una voz imponente, sin dudas, cercana y transparente. Con una junta y unos líderes ejecutivos en el banquillo de los acusados, el aficionado no sabe dónde mirar cuando busca «la voz del club». Y es que el líder del banquillo futbolístico, también muestra sus pinchos cuando aparece en rueda de prensa. No hay duda, que desde el adiós de Guardiola, falta un referente comunicativo dentro del club catalán.
Finalmente ha sido él: barcelonés, de corazón azulgrana y con vistas a, quién sabe, algún día convertirse en presidente del FC Barcelona. Cuando él habla, la afición escucha. Sus actuaciones en el Bernabéu, la mano abierta en el Camp Nou y su compromiso barcelonista lo acreditan. Incluso es el mejor amigo del 10 del Barça, su confidente, desde hace más de 15 años.
Y es que ya se puede decir, sin lugar a dudas, que con 28 años y siete temporadas en el Barça, Gerard Piqué se ha convertido en el nuevo portavoz del FC Barcelona.
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