El Crack de Regional

Después de un tiempo en la sombra, volvemos a la luz con el gran inspirador del fútbol: el Crack de Regional.  Confesamos que hemos dejado un tiempo la regional olvidada, como si fuera una novedad en los tiempos que corren. Ante esto, no hay mejor argumento para volver que contar las exquisiteces que estos tipos nos han dejado dentro y fuera del campo. Más de uno y de dos hemos pensado cuando hemos visto jugar el Crack de Regional: “Menudo fenómeno!”.

No es fácil de encontrar en todos los campos, pero lo reconoceréis a primera vista: el Crack de Regional viste el diez y vive en la mediapunta. Si por mala suerte no has tenido uno en tu equipo, seguro que te has enfrentado a él. Y lo sabes porque con el cuero en los pies desprende una técnica anormal en relación a la categoría que se encuentra. Sabes que mientras el partido transcurre a un ritmo, él juega a otro, ni más alto ni más bajo. El suyo. Y lo sabes porque cada vez que toca el balón pasan cosas, como si de sacar conejos de la chistera se tratara. De hecho, tu míster te habrá dicho en el vestuario antes de salir a jugar: “Cuidado con el 10, que con el balón puede hacer lo que le dé la gana”.

Y es que esta es una de las grandes características del Crack de Regional: lo hace cuando le da la gana. De carácter introvertido, sacan su mayor carcajada con el balón. Hasta pueden tener la virtud de desaparecer de un encuentro como si eso no fuera con ellos. Van y vienen de los partidos con facilidad pasmosa, y les interesa por igual el día que te juegas el ascenso que cuando juegas contra un equipo de media tabla. El carácter, el frenesí y la pasión del fútbol no es lo suyo, aunque quedan pocos enamorados que amen el balón como ellos. Se lo aprecian y lo quieren con locura. Con una locura distinta, especial, a veces incomprendida.

Sin lugar a dudas, esta manera de querer el futbol es un hecho que saca de quicio a su míster. Lo más sorprendente del entrenador, es que después de tener el Crack de Regional durante años en su equipo, nunca ha terminado de entenderlo. Cada temporada se enfada con él, más de una vez, pero en el fondo sabe que tiene algo de especial y que no puede echarlo del grupo. Se ha llegado a dar el caso dónde el entrenador siente que se equivoca cuando en un partido importante lo mete en el 11 titular. Sus compañeros piensan, “venga, hoy es tu día!”. Pero a él no le vengas con heroicidades. Él disfruta del fútbol de otra manera, lo hace en solitario, marginado a ojos de otro.

El Crack de Regional es el mejor del equipo, y lo sabe. Aunque a veces no actúe como tal. Díscolo por antonomasia, el crack es poco de correr y de tenerla mucho. El crack es exiguo del esfuerzo y abundante en la apatía. No discierne el ataque de la defensa, de hecho se desconoce si conoce el término “defender”. Es un genio enmascarado, del que todos algún día nos hemos puesto las manos en la cabeza durante un entreno en el que ha venido inspirado y nos ha dejado a todos con la boca abierta. “Qué hace este tío jugando en regional?”, “si hubiera querido, estaría jugando dónde quiera”. Estas son las frases que más le repitieron cuando empezó a jugar en estas categorías. Sin lugar a dudas, él es feliz con su pandilla de amigos y ese partido del domingo después de una larga noche de sábado. Y es que así se define el Crack de Regional: lo es cuando le da la gana.

A medida que se hace mayor, el crack va dosificando sus destellos, y administra sus genialidades dedicadas a los fieles que lo van a ver cada domingo. Puede ser un taconazo, o un control inverosímil, así como un lanzamiento de falta a la perfección.

El crack es crack, y lo será hasta el día que se muera. Nunca se retira. Lo sabe él y todos los que le rodean. Y por muchos años que así sea. Esperemos que el fútbol nos siga regalando superdotados, dispuestos a bajar al pasto, para regalar sus destellos a los olvidados terrenales de regional. Ya estamos esperando tu nuevo truco.

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